Lágrimas de
metal
Intenté no
ser témpano, ni lágrimas de metal pero no
pude. Soñé ser helio y nube antes que cielo. Soñé no ver con sus ojos e intenté
ver sus almas. Soñé mimetizarme para no ser descubierto, convertirme en agua
mansa, ser torrente sanguíneo, azúcar, sonrisa. Soñé ser el árbol del mundo,
una rama saliendo del tronco, un espejo que reflejara la felicidad, la luz de
las luciérnagas sustituyendo las estrellas. Parpadeé para no ver pero era
imposible. Recibí gestos de madre inocuos y de padre agresivo, palabras
corriendo entre el murmullo de mis deseos, olvidos y sueños rotos dibujados en
nubes negras vaporizadas, limpieza de cutis, verdades impuestas. Fui el agua de
mis mejillas que se escurría entre las rendijas, el cielo gris y lluvioso del
eco de mi voz entre las laderas de las montañas secas de fresca hierba.
Ellos fueron
padres de luna llena, cargados de lágrimas metálicas que formaron cadenas que
acabaron marcando mi piel, el prodigio de días oscuros, vacíos como sus almas.
Quise ser y no pude. Quise soñar y me rompí. Tuve entre mis manos las caricias
que nunca recibí. Hubiese sido mi mejor regalo, mi navidad diaria aun soñada.
Imagen extraída de la red
Enviado para concursar este mes de Diciembre
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