MUSAS
Sostiene en la
mano un pequeño bolso plateado que mueve con gracia. Suele engalanarse con el
mejor vestido. Provocativa se contornea mostrando sus exuberantes pechos.
Labios perfilados, cabello negro azabache, mirada sensual, y voz endulzada. Las
musas exponen todas sus cualidades milagrosas, ocultan sus vicisitudes y
enganchan a las bestias, atrayéndolas al dulce manjar, a la manzana prohibida.
No importa el nombre, quien eres, ni siquiera que sientes. El lujo de la
satisfacción y la necesidad se mezclan revolcando días y noches en un segundo,
llantos escondidos, olvido de penas, miel amarga, transformándose en
inquietantes sombras, luces divinas, amor a la carta. Consuelo de vivos. Vida
de muertos.En el trasiego los transeúntes buscar carne fresca, recién hecha, un manjar de paladares, morbosas figuras, inspiración, musas que les atrapen. El paso de los ojos por la carta acelera el pálpito de realidades ilusorias, en diosas perfectas de carne trémula.
No hay sino escondido, ella es una escultura andante que mueve con soltura el bolso plateado. Eleva sus cánticos ante cualquier marinero, y amarra los barcos hipnotizados. Se presta al baile, suena el son. Es otra musa de la carne.
Imagen extraída de la red
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