Durante estos días he tenido una sorpresa grata. Al comprobar que en la revista Letras TRL nº64 los dos textos que envié han sido seleccionados para la publicación en sus páginas. No me enrollo, ahí van:
Vida al límite
Habíamos
caminado de bien jóvenes por empedrados, descalzos, sin importarnos nada, ni
siquiera las llagas que pudiésemos hacernos. Considerábamos que era la muestra
de la valentía juvenil, en la que nos erguíamos con complacencia y de la que
alardeábamos a posterior entre los amigos del grupo. Quien más llagas tenía era
el vencedor, glorificado, exponente máximo de la locura infantil a la que nos
sometíamos para ser aceptados dentro de un clan. Reíamos y jugábamos a ser
valientes, sin tener claro que era serlo, ante una realidad arbitraria que nos
mostraba el mundo estático y tintineante tan llamativo como elocuente en las
formas, hasta que caímos en el abismo del mundo efímero, forjado a golpe de
maza. Los años no curan las heridas, las laceran transformándolas en carroña, a
veces en olvido, y quién sabe si en recuerdo, porque nuestras huellas fueron
borradas. Y cuando a uno lo matan en vida, los pasos no serán recordados nunca
jamás.
Tomar
precauciones
Te molesta que
te digan las cosas claras. Por eso te cierras en banda, y no sabes apuntar con
acierto a la diana, para dejar zanjado el tema que colapsa tus sentidos. Unos
sentidos embotados por palabras de antaño, rencillas, aquellos pantalones
vaqueros raídos, y cierta nostalgia de una vida que te hubiese gustado fuesen
diferentes. El terror de aquellos días renace entre cada pliegue de tu piel, y
no atiendes a razones que te den vía libre o escapatoria a tu vida. No eres más
que una hoja movida al viento, un pedazo de papel quemado por el sol, las
lágrimas de un ayer proclive, olvidado según tus razones, que afloran en el
menor instante, justo cuando vuelven a invadirte las palabras que no quieres
escuchar, por temor a volver a caer en la zanja que cavaste con tus actos. Te
yergues sobre la voluntad, la subes como la espuma porque dices que la luna aun
no ha salido, y tu locura solo es pasajera. Sin demora deshojas la margarita,
impones tu condición, llenas la casa de ajos, y lavas tu cara con jabón neutro,
por si acaso.
Si queréis descargar la revista podéis pinchar aquí.
Muy buenos. Me gustó mucho "Vida al límite".
ResponderEliminarSaludos.
La sorpresa fue verlos publicados. Eso si que fue una sorpresa. A mi también me gusta el que decís.
EliminarUn abrazo.
¡Felicitaciones! También me quedo con "Vida al límite" esos recuerdos de la falta de límites originados en la "inconsciencia" juvenil no tienen precio!!!!!
ResponderEliminarComo le decía a Juan Esteban, yo también me quedo con el que decís. Gracias por estar ahí, y un saludo.
EliminarFrancisco.